“y renovaos en el espíritu de vuestra mente,”
Efesios 4:23
¿Alguna vez has jugado ajedrez, o damas chinas tal vez?
Si no lo has hecho imagina por un momento que si, ¿listo?, comencemos.
¿Te has fijado que cada jugador tiene una perspectiva
diferente del juego? Seguro que si, algo que seguro has notado es que para un jugador mover las piezas,
primero debe mirar lo que el otro hizo, anticipar lo que hará, y tratar de
contrarrestar el siguiente movimiento que haga el otro jugador, todo esto el
primer jugador lo hace cuando ve con la perspectiva del segundo, cuando se pone
en sus zapatos, pero no necesariamente tiene que cambiar de asiento o mover el
tablero de posición para ver con la perspectiva del otro, solo debe observar de
forma minuciosa el tablero de juego y crear una imagen mental de lo que está
pasando.
En nuestra vida pasamos por situaciones que nos desconcentran
totalmente y por más que intentamos tomar el control no podemos, cosas que nos
distraen del objetivo. En días pasado Salí con mi madre a comprar, como sabes
las mujeres se distraen con una velocidad increíble, tan solo basta mirar un
letrero que diga descuento para acaparar toda su atención, y cada vez que mi
madre se paraba a ver algo yo le decía que se concentrara en lo que fuimos a
buscar.
Cada vez que algo te quiera desconcentrar piensa que es
una distracción del otro jugador para ganar. El que no está enfocado en lo que hace puede ser superado hasta por el más novato.
Puedo decirte que recientemente pase por una situación
que quería desconcentrarme del objetivo, estaba muy ansioso y preocupado porque
debía asumir otras responsabilidades y cambiar mi estilo de vida, salir de la
comodidad y seguridad de un empleo y reinventarme, cada vez que pensaba en esto
me desconcentraba totalmente y no podía hacer nada más que buscar soluciones en
mi mente que me dejaban peor de lo que estaba, hasta que un día escuche una voz
dentro de mí que me dijo, “Todo va a salir bien” y desde ese instante, sentí que
se me quito una venda de los ojos y un peso del cuerpo.
Cuando pensamos mucho en problemas y soluciones, pero
no actuamos (confiamos en Dios) solo estamos echando mas carga a nuestros
hombros sin resolver nada.
Un jugador puede desconcentrar a otro, como una oferta
puede acaparar la atención de alguien y una situación personal puede quitarte
el sueño, pero depende de cada quien si se deja intimidar o decide tomar otra
perspectiva y seguir jugando hasta ganar.
Puedo decirte que satisfactoriamente para mí todo salió
bien, de hecho mucho mejor de lo que yo esperaba, el en momento en que escuche
esa voz decidí dejar de preocuparme y dejar que el señor obrara, la ansiedad no
desapareció del todo, por momentos regresaba y me sentía igual que antes, pero
recordaba esa voz que me dijo que todo iba a salir bien y confiaba, como un
niño confía en su padre, esa voz era como yo con mi madre, que cuando ponía su atención
en otra cosa le decía, “concéntrese” y volvíamos al rumbo.
Quizás tu tengas alguna distracción en tu vida y
quiero motivarte a que cambies de perspectiva, piensa por un momento como pensaría
Dios acerca de ti, que es lo que el quiere para ti, no pienses tanto como tú
mismo piensas de ti, cambia de perspectiva, mira desde otro ángulo, mira el
panorama completo y date cuenta de que Dios está obrando, quizás no de la forma
que tu esperabas, quizás no veas nada en lo absoluto, pero él lo está haciendo.
Tal vez no tengas una voz que te diga que todo va a
salir bien, pero si tienes una meta a la que quieres llegar, en los momentos
que te sientas distraído, piensa en eso a donde quieres llegar o eso que
quieres obtener y no te dejes engañar por las distracciones, busca algo que te
recuerde porque haces lo que haces y deja que Dios obre, tu, solo obedece.
Créeme cuando dejamos que Dios obre, el hace las cosas
mucho mejor de lo que nosotros esperábamos hacerla, te lo digo por experiencia,
nadie hace las cosas en la forma que él las hace.
Cuando te sientas abrumado solo cambia de perspectiva
y enfócate en el objetivo.
Dios te bendiga.
#Maestro
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