Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién
lo conocerá? (Jer 17:9 RV 1960)
Seguro
habrás visto, lo que en la era tecnológica que estamos, llamaríamos imágenes o
videos virales, en torno al tema de que la tecnología está separando las
personas. De seguro has podido ver las imágenes de una familia todos conectados
de sus celulares, pero separados entre sí de las personas a su alrededor.
De
igual forma conocerás el eterno debate de si la falda o el pantalón, para las
mujeres, que si cual es santo o cual no.
Estoy
convencido que nada de esto, ni temas similares te son ajenos, o temas como el
si no comer carne en el tiempo llamado cuaresma, que si himnos o contemporáneas
a la hora de adorar al Dios, que trasciende los tiempos.
Pero
no pretendo adentrarme en ninguno de esos temas, no es mi intención imponer mi
opinión en temas tan culturalmente controversiales, tan trivialmente evidentes,
tan claramente explicados en la biblia y sobre
todo tan atados a la opinión, la circunstancia y la necesidad.
Mi
intención hoy es retar tu entendimiento por la palabra de Dios, quiero llevarte
un poco más profundo, a algo básico.
¿Qué decimos cuando queremos eliminar
algo por completo? Lo arrancaré de raíz. ¿Sabes a qué se refiere la biblia
cuando habla del corazón del hombre? Intelecto, voluntad y emociones.
A
partir de esa definición pensemos un poco; ¿Cuál es el problema con un
adinerado y avaro funcionario estatal? ¿El cargo? No, es para servir ¿El
dinero? No, es solo una herramienta ¿Entonces, La Avaricia?
Pongámoslo
de otra forma; ¿Cuál es el problema con un pobre económicamente pero avaro
ciudadano del mismo país? ¿Tener dinero? No, este no tiene, ni tiene cargo.
El
problema del ser humano es el pecado, pecado que para los avaros no reside en
el dinero, pues se puede ser avaro con poco o mucho, problema que para el
lujurioso no reside en la falda corta, sino en su corto dominio propio (2
Timoteo 1:7).
Piensa
en alguien que tiene problemas con la pornografía, un mal común en este tiempo
de pecado online, puede poner todos los filtros y hacer todas las promesas,
pero si no cambia su corazón estará condenado a su ´´placentera´´ pero asesina
esclavitud.
Aquella
persona que no tiene para comer, puede caer en el mismo pecado que aquel que
tiene más dinero del que necesita, por la simple razón de que el pecado no
reside en objetos sino en humanos de naturaleza caída, ósea todos.
Pero
hay una esperanza, Dios no nos dejará a pesar de nuestro engañoso y caído
corazón, solo él lo conoce y solo él puede hacer una obra sobrenatural en ti y
en mi.
Les daré un corazón nuevo y pondré un espíritu nuevo dentro de
ustedes. Les quitaré ese terco corazón de piedra y les daré un corazón tierno y
receptivo. (Eze 36:26 NTV)
Esa es la promesa
que aquel que te creó te da hoy, ora como David; Crea en mí, oh Dios, un
corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí. (Sal 51:10 RV 1960).
Y sé que al orar así Dios renovará tu corazón y te limpiará de aquello que solo
él puede.
No te centres más
en cosas secundarias, cuida tu corazón, entrégaselo a Cristo y veras como Dios
ordena lo demás. Y cada mañana antes de peinar tu pelo, cepillar tus dientes,
perfumar y vestir tu cuerpo, peina, cepilla perfuma y viste tu corazón en la
presencia de Dios.
#Mánager
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