Y al que sabe hacer
lo bueno, y no lo hace, le es pecado.
Stg 4:17 RV 1960
“Una religión moderada es tan buena para
nosotros como la falta absoluta de religión—y más divertida.” (C.S. Lewis, Carta del diablo a su sobrino,
cap. IX)
Esta es una de las frases que el
genial C. S. Lewis coloca en la boca de “scrutopo” un diablo que aconseja a su
sobrino llamado “Orugario” sobre cómo conducir al infierno a un ser humano a
quien él se refiere como “el paciente”.
El también escritor y apologista
británico, nos recuerda una enseñanza contenida en la palabra de Dios, en la
pluma del Apóstol Santiago, quien en otras palabras nos enseña que en ocasiones
la inactividad y la pasividad espiritual también son pecado.
En gran cantidad de veces, y en
muchas formas distintas solemos escandalizarnos por los pecados más ruidosos,
aquellos pecados de acción, pero como ya nos los enseñaban Lewis y Santiago,
también el dejar de hacer es pecado.
Otra forma de no hacer lo bueno es
cuando como Pedro en su momento, seguimos a Dios de lejos, puestos en un lugar
“seguro” donde la fe en Jesús no comprometa el resto de nuestra vida, ni afecte
la reputación que tanto me ha costado forjar. Pero lamentablemente en esto no
hay áreas grises; o estas comprometido con Jesús o estas caminando hacia el
infierno.
Si nos dirigimos al capítulo 14 del
libro de Marcos de los versos 53 en adelante nos daremos cuenta de un patrón
del que en ocasiones tanto tú como yo y en este caso Pedro sufrimos.
Te cuento: luego de que arrestaran a
Jesús para condenarle sus discípulos se dispersaron (Mar 14:50). Luego de que
lo llevaron ante las autoridades Pedro le seguía de lejos (Mar 14:54). Pedro no
pretendía alejarse de Jesús, pero tampoco quería comprometerse con él, tan
similar a aquellos que vamos el domingo al templo para calmar la conciencia,
pero por variedad de pretextos el resto de la semana solo mencionamos a Dios
como una vaga expresión trivial. Otros sin embargo se limitan a auto repetirse
que creen en Dios y a pensar es suficiente, olvidando que aun los demonios cree
y tiemblan. Algunos tantos de igual forma desoímos el llamado a servir a Dios a
través de su cuerpo por igual cantidad de mentiras redundantes en nuestras
cabezas.
Pero como vemos en los versos del 66
al 72 del mismo capítulo, el seguir a Jesús de lejos nos llevará a negarle, y
el negarle nos llevará inequívocamente a la perdición.
No obstante no olvidemos que el
mismo que en los versos anteriores niega a Jesús será el mismo que como lo
relata el libro de Hechos sanará aun con su sombra por el poder de Dios.
¿Qué pasó entonces? Pedro se
encontró con el Cristo resucitado y empezó a caminar cerca de él.
Tú y yo como Pedro hemos seguido al
señor de lejos tantas veces, nos hemos sentido placenteramente cómodos en esa
muerte lenta que se llama tibieza espiritual, pero este es como decíamos en los
escritos anteriores; tiempo de orden, de que ordenes tu vida y pases de negar a
Jesús, de seguirle de lejos, a sanar con tu sombra por la presencia de Dios
cercana en tu vida.
Este es el momento que sepas hacer
lo bueno y lo hagas, ora a Dios, pídele te guie a hacer lo bueno, conoce su
palabra, ella te enseñará a actuar conforme a la buena, perfecta y agradable
voluntad de Dios, congrégate con gente de fe y empieza a caminar más allá de
los actos religiosos, empieza a caminar cerca de Jesús.
#Mánager
0 Comentarios