Bienaventurados los que ahora tenéis hambre, porque seréis
saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis. (Lucas 6:21 RV
1960)
Hace
un tiempo Dios, me dio el verso anterior como promesa, como entenderás todos
amamos reír pero a nadie le gusta llorar. Y esta es quizás la razón por la que
la promesa no generó inmediato gozo en mí.
Podrá
parecerte broma, pero en mi interior pensé: Señor lo de la risa está muy bien,
pero ¿Por Qué las lagrimas? En otras palabras, no quiero llorar.
Y
pese a que en el momento no comprendí que el Señor me hablaba, luego pude
recordar cierta palabra también dicha por Jesús y que nos permite entender
porque Dios promete no darnos risa directamente, sino transformar nuestras
lagrimas en risa.
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo
tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. (Juan 16:33 RV 1960)
Cuando estés en
situaciones difíciles, cuando no entiendas porque hay tanto sufrimiento en el
mundo recuerda que; vivimos en un mundo caído, y alejado de Dios.
Todos hemos,
pecado y todos nos hemos alejado de Dios, pero, él en su infinito amor nos
promete rescatarnos aun de los problemas que por decisión propia nos hemos
metido.
Otra buena razón para
que Dios cambie tus lágrimas en risa en vez de solo darte risa, es que al saber
lo difícil que es llorar, puedas agradecer y valorar el reír.
Así que hoy te
invito a que clames a Dios en las situaciones difíciles, te invito a que no
pidas ser librado de las lágrimas, o de las pruebas sino a pasar por ellas,
aprender lo que tienes que aprender, seguir adelante y dejar que Dios cambie
tus lágrimas en risa.
Y si parece que
ese problema es muy grande recuerda la promesa de Jesús:
Les he dicho todo lo anterior para que en mí tengan paz. Aquí en
el mundo tendrán muchas pruebas y tristezas; pero anímense, porque yo he
vencido al mundo. (Juan 16:33 NTV)
#Mánager
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