Felicidad a Crédito…




        Si te dijera que puedo venderte felicidad, se que aunque parezca absurdo, de funcionar tanto tú como yo estaríamos dispuestos a comprarla.

Si te preguntara que harías si te duplicaran los ingresos mensuales, sé que no tendrías que pensar mucho para saber qué harías.

Al darte el sueldo de tu jefe, o lo que gana el presidente de la nación se que dirías que eso te alegraría mucho.

La mayoría de nosotros tenemos una cifra económica, una determinada posición, un empleo o negocio ideal en que decimos “si obtengo ese trabajo, o cierro ese negocio”  no tendré que preocuparme por lo económico ya más.

Muchos nos hemos amoldado a la actual sociedad capitalista, y le hemos puesto precio, a nuestra felicidad. Hemos atado nuestro gozo, al más reciente producto y al adquirirlo en cómodas cuotas.

La palabra de Dios en la pluma del Apostol Pablo nos revela un principio muy práctico y que nos guía hacia no caer presas de “la cultura del cómprelo ya”

No que haya pasado necesidad alguna vez, porque he aprendido a estar contento con lo que tengo. Sé vivir con casi nada o con todo lo necesario.

´´He aprendido el secreto de vivir en cualquier situación, sea con el estómago lleno o vacío, con mucho o con poco. Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas´´. 
(Flp 4:11-13 NTV)
           
El Apostol nos enseña que el problema no es tener mucho, ni el tener poco, el problema es que nuestro contentamiento se ate a la cantidad de ingresos.

Y es que Dios no nos habla de ser conformistas, no es que no progresemos o trabajemos o ganemos más. El problema es que no aprendamos a alegrarnos cualquiera sea mi situación económica.

Los ricos lloran en sus mansiones y los pobres sufren en sus casitas frágiles y pequeñas. Pero quien tiene su gozo en el Señor, sonríe sin importar el tener o el no tener.

Hoy te motivo a que fortalezcas tu relación con el Espíritu Santo de Dios, y que su fruto se muestre en ti para que tu gozo no dependa de tus ingresos si no de Dios.

#Mánager

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