´´Por tanto, ni el papa es la cabeza, ni los
cardenales son todo el cuerpo de la iglesia santa, católica y universal. Porque
únicamente Cristo es la cabeza, y sus predestinados son el cuerpo, y cada uno es
miembro de ese cuerpo.´´
Juan
Huss
EL contexto
Fue dentro de un contexto de corrupción
eclesiástica, desgobierno y nacionalismo, que apareció la figura notable de
Juan Huss. Nacido alrededor de 1370, de una familia campesina que vivía en la
pequeña aldea de Hussinek, en lo que hoy es la republica checa, Juan Huss
ingresó a la universidad de Praga cuando tenía unos diecisiete años.
Simonía, corrupción y nepotismo eran la lacra
que acosaba a la Iglesia. Se vendían indulgencias, muchos sacerdotes vivían de
sus parroquias y beneficios sin cumplir sus compromisos. Dignatarios eclesiásticos
se dejaban sobornar por quienes querían ocupar un alto cargo en la jerarquía de
la Iglesia. Las frecuentes intervenciones de la Iglesia en el poder secular
también provocaban una dura crítica".
En 1402 fue hecho rector y predicador de la
capilla de Belén. Allí se dedicó a predicar la reforma que tantos otros checos
habían propugnado. Huss ganó la simpatía de los habitantes de Praga en 1402,
cuando llegó a ser predicador en la Capilla de Belén, el único lugar de la
capital donde se podían hacer sermones en checo y no en latín o alemán. Sus
predicaciones sobre la necesidad de reformar la sociedad y la Iglesia
repercutieron inmediata y vivamente sobre la población checa".
Sus Enseñanzas
“Un papa indigno que se oponga al bienestar
de la iglesia, no ha de ser obedecido.”
Huss acababa por seguir a Wyclif en este
punto, declarando que la última autoridad es la Biblia, y que un papa que no se
ajuste a ella no ha de ser obedecido. Pero aun así, esto era, con ligeras diferencias,
lo mismo que había dicho Guillermo de Occam al declarar que ni el papa ni el
concilio, sino sólo las Escrituras, son infalibles.
Bajo la influencia del
reformador inglés John
Wiclef,
Huss empezó a predicar contra la excesiva riqueza de la Iglesia y la
inmoralidad del clero, reclamando la vuelta a la pureza del mensaje evangélico,
la predicación en la lengua checa que podía entender el pueblo y la comunión
bajo las dos especies. Su influencia se vio acrecentada por la crisis en que se
hallaba sumida la Iglesia de Roma por el «Cisma de Occidente»,
Los estudiantes checos trajeron los escritos
de John Wiclef a Praga donde los transcribían y traducían al checo. La postura
de Wiclef acerca de la sociedad y la Iglesia fue la base del programa husita.
Los partidarios de Huss se sintieron atraídos especialmente por la exigencia de
Wiclef de que la Iglesia Católica volviera a cumplir su tarea original, la de
predicar el evangelio. Wiclef sostuvo que para conseguir esto, era necesario
privar a la Iglesia de la propiedad y el poder político, pero como esta
institución nunca renunciaría voluntariamente a sus bienes y su influencia política,
debería hacerlo el Rey.
Su martirio
En 1415 se desplazó a Constanza para defender
sus ideas ante el concilio. Huss, a pesar de rechazar las imputaciones de
herejía y poseer un salvoconducto del emperador Segismundo, fue tildado de hereje
y condenado a la hoguera; la condena de Huss fue seguida por la de uno de sus
principales seguidores, Jerónimo de Praga.
Entre
sus últimas palabras están: “Apelo a Jesucristo, el único juez todopoderoso y
totalmente justo. En sus manos pongo mi causa, puesto que El ha de juzgar a
cada cual, no a base de testigos falsos y concilios errados, sino de la verdad
y la justicia.
Y
al momento de morir dijo; “Señor Jesús, por ti sufro con paciencia esta muerte
cruel. Te ruego que tengas misericordia de mis enemigos”. Murió cantando los
Salmos.
En su vida privada se regía según los
principios que predicaba, dando ejemplo a sus partidarios, así como en su
esfuerzo sincero de reformar la comunidad cristiana. Es algo lo que hoy en día
admite incluso la Iglesia Católica.
Juan Huss defendió la verdad bíblica a costa
de su vida; defendió y predicó la verdad de que Cristo es la cabeza y la
iglesia que le sigue, santa e invisible es su cuerpo.
Hoy te invito a que si eres un miembro del
cuerpo de Cristo conduzcas a otros hacia Cristo y si no eres parte te insto a
que conozcas aquel Jesús a quien Juan Huss, estuvo dispuesto a morir cantando.
Dios te bendiga.
Y el plan de Dios
consiste en lo siguiente: tanto los judíos como los gentiles que creen la Buena
Noticia gozan por igual de las riquezas heredadas por los hijos de Dios. Ambos
pueblos forman parte del mismo cuerpo y ambos disfrutan de la promesa de las
bendiciones porque pertenecen a Cristo Jesús. (Efe 3:6 NTV)
#Mánager
0 Comentarios