En el
escrito pasado vimos la relación calidad-cantidad de la oración, en este
hablaremos sobre los servicios eclesiásticos, también conocidos como cultos o
reuniones, aquí tocaremos varios aspectos y ofreceremos algunas recomendaciones
para mejorar de algún modo la forma en que realizamos estas actividades.
´´Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza;
Alabadle, bendecid su nombre.´´
Salmos 100:4 RVR 1960
Bien,
ya entrando en materia el primer punto que quiero tratar es la calidad de servicios
o cultos que se realizan. Debemos tener en cuenta los siguientes puntos:
A) Objetivo.
¿Qué queremos lograr en esa actividad? Para mí no tiene
ningún sentido que se realicen reuniones diarias, si cada una tiene el mismo
objetivo de la anterior o peor aún, si no hay un objetivo claro de lo que se
quiere lograr.
B) Continuidad.
¿Con qué grado de calidad se puede desarrollar la reunión a
través del tiempo? De nada me vale hacer un culto ´´explosivo´´ el día de hoy si mañana no lo puedo igualar o superar.
C) Resultados. Si el objetivo no se
cumple hay que revisar que se está haciendo mal.
Este
último punto me lleva a lo siguiente: creo
firmemente que las iglesias hoy en día deberían replantearse la forma de
realizar las reuniones o cultos.
Queremos resultados
diferentes pero seguimos haciendo lo mismo.
Lo
primero que hay que identificar es el objetivo de reunión, si el objetivo es
aprender, pues desarrollemos actividades enfocadas al aprendizaje. ´´Menos es
mas’’ si se desarrollan menos actividades en una reunión pero se hacen con
calidad, los resultados serán diferentes.
Lo que
quiero decir con esto es que no todos los días debemos utilizar el mismo
programa religiosamente, somos hijos de el Dios que creó todo lo que hoy vemos,
de lo que no existía, y tenemos capacidad para crear un guion o programa nuevo
para nuestras actividades.
El segundo
punto es la cantidad.
El salmo
100 me dice que debo servir al señor con alegría, ahora bien, si la cantidad de
reuniones que se realizan me agotan demasiado, ya sea porque no hay personal
para delegar funciones o por cualquier otro motivo, creo que es momento de
replantearse la forma de realizar las reuniones.
He
vivido la experiencia de trabajar en reuniones que el único resultado es el cansancio,
porque no hay un objetivo definido y muchas de ellas son constantes. Con esto
no quiero decir que deben reducirse las reuniones, lo que quiero decir es que
debe haber un equilibrio entre cantidad y capacidad de realizarse (Calidad), Si
la iglesia cuenta con un personal capaz de realizar una reunión diaria con
calidad, eso esta más que excelente.
Jesús
en el libro de Lucas 14, utilizó una parábola sobre la construcción en la que
decía que el que construye primero analiza los costos para no quedarse sin
dinero antes de terminar, así mismo debemos analizar los costos y esfuerzos de
una reunión para no caer en la triste realidad que vivimos hoy en día, ´´asistir
a la iglesia por compromiso´´, y realizar actividades mediocres.
Si
tengo que elegir entre calidad o cantidad de servicios, me quedo con la
calidad, por un principio bíblico, si en lo poco puedo ser fiel y hacerlo bien,
pues tendré la capacidad para mantener la calidad en lo mucho.
La
cantidad no es sinónimo de calidad. Pero la calidad trae consigo cantidad.
Entre mejor hagamos las cosas pequeñas, mejor saldrán las grandes.
Toda
reunión que se realice debe ser un motivo de gozo para cada miembro de la iglesia,
que cada vez que lleguemos a la casa del señor tener una actitud positiva y no
una actitud de estar por compromiso, debemos esforzarnos cada día más por hacer
la cosas con calidad dentro de nuestra capacidad, nunca tirando a menos, siempre
a más, y de ese modo cumplir lo que dice el salmo 100.
´´Cantad alegres a Dios,
habitantes de toda la tierra. Servid a
Jehová con alegría;
Venid ante su presencia con regocijo. Reconoced que Jehová es Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre. Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, Y su verdad por todas las generaciones.´´
Venid ante su presencia con regocijo. Reconoced que Jehová es Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre. Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, Y su verdad por todas las generaciones.´´
Salmos 100
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