El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido PARA
(Luc 4:18a RV 1960)
Imagina esto: un niño
toma una bicicleta vieja, destrozada, sin ruedas y llena de polvo. Aquel mismo
niño la limpia, le compra todas las partes necesarias y hace de aquella pieza
olvidada un medio de transporte totalmente funcional.
¿Qué sería lo primero
que piensas dicho niño hará con su recién arreglada bicicleta?
No sé tú, pero para mí debería correrla. Pero imagina que aquel
niño después de tan arduo trabajo la vuelve a dejar tirada y olvidada.
Pues algo similar
pasa con nosotros cuando Cristo nos salva, nos santifica, nos llama a su obra y
nos da de sus dones, pero insistimos en no usarlos o desarrollarlos para su
gloria.
La mayor razón por
la cual Dios ha dotado a toda su iglesia, es decir a cada cristiano, de dones
espirituales es para la edificación del cuerpo de Señor.
Acompáñame un
momento, y pensemos otra vez, en esta ocasión en un carro completo, de tu color
preferido, aquel modelo que sueñas conducir. ¡Muy bonito por cierto, te
felicito por tu buen gusto!
Y permíteme
hacerte una pregunta, un tanto ingenua, pero que puede ilustrarnos muy bien en
el tema que estamos tratando; ¿Qué es más importante el freno o el acelerador?
Sé que aunque decidas decir cualquiera de los dos, no desearías conducir un
auto que no frene o que no acelere.
Y esto nos enseña
que cada parte del auto por pequeña o grande que sea cumple una función; es
decir: “Un Para”…Para frenar…Para acelerar…para guiar…
De igual forma
los dones espirituales tienen “un para” general; que es edificar la iglesia de
Cristo, una iglesia edificada puede alcanzar al mundo de manera más efectiva.
Así mismo cada don tiene una función especial, es decir “un para” especifico.
Y aunque se que
estas disfrutando esto de imaginar carros y bicicletas, debemos hacer una
última visualización, recrea en tú mente un edificio en construcción, como
veras se necesitan varillas, cemento, blocks y demás elementos para que este
edificio llegue a ser lo que se quiere de él.
De igual forma
Dios te ha dado dones, diversos como las partes de un auto, pero necesarios
para poder levantar un edificio fuerte y estable.
Como cristiano
eres parte del cuerpo de Cristo, un cuerpo con muchas partes distintas, pero
útiles en la edificación de la iglesia; llamada a dar esperanza y a anunciar
las virtudes de Cristo.
Así que te motivo
a que cultives tus dones, que tengas una buena relación con el dador de los
dones y que cumplas el propósito de Dios en tu vida, seas freno o acelerador,
seas cabeza o mano.
Dios trabaja de
maneras diferentes, pero es el mismo Dios quien hace la obra en todos nosotros.
A cada uno de nosotros se nos da un don espiritual para que nos ayudemos
mutuamente. (1Co 12:6-7 NTV)
Ruddy Reyes
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